A escasos días de la celebración de la Natividad del Señor, la Iglesia conmemora la fiesta de santo Tomás, Apóstol al que se suele recordar por el pasaje evangélico en el que desconfiaba de la Resurrección Gloriosa del Señor y pidió introducir su dedo en la Llaga de su Costado para comprobar que verdaderamente estaba ante Jesús Resucitado. Los tiempos convulsos en los que nos encontramos nos pueden mover a la duda o al desánimo, pero frente a esto Jesús nos invita a tener fe y nos dice aquello de "dichosos los que crean sin haber visto". Este cuadro de Caravaggio nos lleva a aquel momento en que el apóstol introduce su dedo en la Llaga de Jesucristo. Pero Tomás también nos legaría una hermosa frase que quedaría para la historia "Señor mío y Dios mío". Se le considera Patrono de la India, del Ducado de Parma, de los Arquitectos y de los Geómetras. Santo Tomás, ruega por nosotros.
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