“¿Quién medicinará tus angustias? ¿Quién pondrá tasa y
medida a tus dolores? ¿Quién bastará a contar tus penas? ¿Quién contará lo que
tal día como hoy padeciste? Cuan grande es el amor que ardía en tu corazón, tan
grande es la angustia. Si supieseis conocer cuán grande es el amor que esta
Virgen sacratísima tenía a su Hijo, sabríais conocer el dolor que hoy ha pasado
por ella; pero, como no se puede conocer el amor, así también no se entiende el
dolor que recibió”
(Sermón 67, n.17). San Juan de Ávila.
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