** “¡Oh soplo bienaventurado,
que llevas las naos al cielo! Muy peligroso es este mar que navegamos; pero con
este aire y tal Piloto seguro iremos. ¡Cuántas naves van perdidas! ¡Cuántos
vientos contrarios corren y grandes peligros! Mas en soplando tú, piadoso
Consolador, las vuelves a puerto seguro. ¿Quién podrá contra los bienes que nos
haces y los males de que nos guardas? De allá sales como viento y allá
vuelve, al Padre y al Hijo; de allá te espiran y allá espiras tú a tus amigos;
allá los guías, allá los llevas, para allá los quieres”. (San Juan de Ávila)
No hay comentarios:
Publicar un comentario