Viernes Santo en su particular "Madrugá" recorrió majestuosamente las calles de la ciudad hispalense. Hoy, Sábado de Gloria, con Jesucristo aún en el Sepulcro es momento de poner nuestra mirada en María, en la Reina de la Esperanza, pues su rostro es la Luz que alumbra las tinieblas de nuestra vida. Después de que la tierra temblara y el velo del templo se rasgara en dos, María permanece en pie y firme en la fe y la esperanza, aunque llena de dolor, permanece fiel hasta el extremo a la voluntad de Dios que ha querido que sea la Madre de todos los hombres.
La belleza de esta singular talla del siglo XVII, atribuida al taller de Pedro Roldán, y que se venera en la Basílica de la Macarena (barrio de San Gil- Sevilla) nos lleva a poner nuestros ojos en María Dolorosa por la Pasión y Muerte de su Hijo Jesucristo. Su Real, Ilustre y Fervorosa Hermandad y Cofradía de Nazarenos se encarga todo el año de sus cultos y de prepararlo todo para la noche en que Sevilla vela y se llena de fervor, la madrugada del Jueves al Viernes Santo que se extiende hasta el mediodía, con la recogida.
Que la Santísima Virgen de la Esperanza Macarena sea nuestro Consuelo hasta la Hora de la Vigilia Pascual y nuestro Gozo en la Pascua.
No hay comentarios:
Publicar un comentario